Como sabéis si nos seguís desde hace tiempo, somos unas firmes defensores de la formación constante. En el mundo de la creatividad hay dos cosas que no puedes dejar de hacer nunca: pensar y formarte. Da igual si te dedicas al diseño gráfico, si estás más centrado en medios sociales o si lo tuyo es la docencia: si no aprendes de manera continuada, te quedas obsoleto antes de darte cuenta. Por eso siempre estamos recomendando cursos y posibilidades de reciclaje profesional.
Pero últimamente nos ha sorprendido la cantidad de gente que empieza y que no tiene muy claro por dónde tirar. Personas creativas y con muchas ganas de vivir de su pasión, que saben que quieren cambiar las cosas y tienen ganas de compartir su talento con el mundo pero que dudan sobre qué estudiar. De hecho, son preguntas recurrentes en los comentarios y mails que recibimos: «¿Qué habéis estudiado vosotras?» o «¿Por dónde empezasteis?». Por eso, queremos resumir algunas claves que puedan ser útiles para esos comienzos.
- Piensa qué te hace feliz. Esta es la base. Si lo tuyo es diseñar moda o no puedes evitar reestructurar el salón de cada amigo porque te apasionan los interiores, no lo dudes y busca tu camino en ese sentido. No te preocupes si no es lo más innovador o si te dicen que hay demasiada competencia, que ya llegará el momento de diferenciarse para destacar. Pero si vas a dedicar un montón de horas al día a hacer algo, mejor que sea lo que te gusta.
- Una vez decidido, no te limites. Si tienes claro que te encanta hacer fotos, fórmate en fotografía, pero no descuides los cursos de retoque, busca seminarios o cursos alternativos al principal sobre temas concretos (retrato en blanco y negro, fotografía urbana nocturna…). La especialización es clave.
- Busca una buena escuela donde puedas desarrollar los dos puntos anteriores, donde tengas opciones para continuar tu formación, profundizar en temas concretos o complementar lo que sabes con algo absolutamente diferente. Por ejemplo, y viendo algunos de los ejemplos anteriores, si estudias para ser decorador de interiores pero sientes curiosidad por la fotografía y decides acercarte a la misma, le sacarás mucho más partido a tus creaciones y tu porfolio ganará mucho. O al contrario, si eres fotógrafo pero adquieres la capacidad de visualizar cómo organizar tus sets, le sacarás mucho más partido a tus sesiones. Siempre hay una forma de compaginar los conocimientos para ser capaz de ofrecer a tu cliente un plus que no le dan otros profesionales de tu sector principal. Una opción segura es decantarse por una escuela superior de diseño, donde puedes centrarte en mercados tan diferentes como los videojuegos, la moda, el diseño gráfico o la fotografía. Tan diferentes pero, como decíamos, tan complementarios entre sí.
Y una vez que ya has tomado la decisión, hay un cuarto punto que para nosotras es fundamental: disfruta. Aprende todo lo que puedas, experimenta, exprime los temarios, practica… y diviértete con ello. Si lo consigues, sabrás que has elegido el camino adecuado. Y dentro de poco, serás tú el que estés dando a los que empiezan las claves para disfrutar con su trabajo.
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