Cultivare, de los estudios creativos Ladyssenyadora y Centset, ha ganado el premio al mejor trabajo promocional en la sexta edición del MOST, Festival Internacional de Cine del vino y el cava.
La pieza muestra el proceso de creación de la etiqueta del vino Doménech.Vidal a través de la música y la danza.
A principios de 2016, el estudio de diseño gráfico Ladyssenyadora recibió el encargo de la bodega Vallformosa para elaborar las etiquetas de su nuevo vino Cultivare. Se trataba de un pequeño tiraje de autor de un producto nuevo y de gama alta que quería posicionar a la bodega (y más concretamente su marca de vinos tranquilos Doménech.Vidal) dentro del mundo de la cultura.
La palabra cultura comenzó a resonar dentro de las mentes creativas del equipo de Ladyssenyadora, Raimon Benach, Montse Raventós y Jordi Roca. ¿Qué es cultura? – se preguntaron – ¿Arte? ¿Música? ¿Danza? ¿Pintura? ¿Cine? ¿Vino? ¿Podía todo esto quedar reflejado en una simple etiqueta de papel?
Pronto se dieron cuenta que Cultivare (que etimológicamente es la raíz latina de cultura) tenía que ser mucho más que una botella de vino. Con la libertad que les brindaba su cliente comenzaron a idear un plan para hacer de este vino una obra de arte total que traspasara todas las fronteras del diseño convencional de una etiqueta de vino.
Al ingenio creativo de Ladyssenyadora se añadió, de manera natural, la mirada de los realizadores audiovisuales Oriol Gallart y Jordi Cabestany, de la productora Centset. Juntos idearon una performance que acogería diferentes disciplinas: danza, música, pintura, vídeo y, también, la propia elaboración del vino. El resultado fueron 5000 etiquetas, todas únicas y diferentes, pintadas a través de los movimientos de unos cuerpos que danzan sobre ellas al son de una pieza musical original creada por Miguel Marín.
Para la realización del proyecto Ladyssenyadora y Centset contaron con la participación de los bailarines Olga Álvarez y Joan Palau que idearon una coreografía basada en el proceso vegetativo de la planta. Desde la tierra, los dos bailarines se despiertan con las primeras gotas de pintura. Como en la vid, su energía va subiendo desde las raíces hasta el brazos que se ramifican buscando el aire y la luz. El despertar de la planta durante el invierno, el crecimiento de la primavera y la explosión del verano y la vendimia. Todo un proceso acompañado por la música de Miguel Marín que, buscando este componente natural, humano y orgánico de la tierra, ha empleado instrumentos antiguos como pianos, campanillas o xilófonos.
El proyecto se ideó como un espectáculo de danza sobre un tatami de etiquetas de vino en blanco. Desde el techo, una lluvia de pintura (amarilla en caso del vino blanco, rojo por el tinto) mojaba los papeles y los artistas que, con sus movimiento, iban tiñendo, salpicando y marcando cada una de las etiquetas. El espectáculo se repitió hasta 6 veces para obtener las 4.674 etiquetas necesarias para vestir los vinos Doménech.Vidal. Solo el equipo de la bodega, los artistas y un grupo muy reducido de bloggers y periodistas pudieron presenciar ese momento ahora convertido en vino.
Premio Most al mejor trabajo de promoción
Para dar visibilidad al proyecto, los autores realizaron un vídeo de un minuto y medio para promocionar el vino y dejar constancia de la performance. Esta pequeña pieza, que plasma la música y la danza como esencia del proyecto, ha sido galardonada como mejor trabajo promocional de la sección Collita de la sexta edición del MOST, Festival Internacional de Cine del Vino y el Cava, celebrado en Vilafranca del Penedès entre el 3 y el 13 de noviembre de 2016. la realización del audiovisual ha sido de Jordi Cabestany y Oriol Gallart.
El Most Festival es un certamen anual que reúne las mejores producciones audiovisuales relacionadas con el mundo de la viña, el vino y el cava. En su sexta edición se presentaron un total de 35 trabajos procedentes de 12 países diferentes, entre documentales, películas de ficción y vídeos promocionales.
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