Aviso: este post contiene una imagen que puede herir la sensibilidad del lector. ¿La del feto ensangrentado? No no, por favor, esa es correcta. Me refiero a la del Neptuno de Bolonia, una obra claramente pornográfica.
La escritora Elisa Barbari subió un post contando algunas curiosidades de esta ciudad, y se le ocurrió ilustrarlo con la imagen de dicha escultura. Qué atrocidad. Por supuesto, Facebook se ha apresurado a retirarla, como ya ha hecho en repetidas ocasiones con imágenes que mostraban a madres dando el pecho a sus hijos. ¿Dónde vamos a ir a parar? Los bebés son gorditos, sonrosados, sonrientes y comen chuletas. Esconda esa teta, señora, por Dios, que hay niños delante, entre ellos el suyo, ese pequeño vicioso. Y si no, ya se la escondo yo.
Hace poco, en un alarde de progresismo, Facebook actualizó sus normas comunitarias especificando que “Autorizamos fotografías de pinturas, esculturas y otras obras de arte donde se muestren figuras desnudas”. Pero ante la duda, primero la retiran, y una vez que pasa sus filtros la vuelven a mostrar si les parece correcto. Así lo explican: “Restringimos la exhibición de desnudos para evitar que determinados sectores de nuestra comunidad global que muestran una especial sensibilidad ante ellos se puedan sentir mal; en particular, por su contexto cultural o su edad. Para tratar a todos de una forma justa y responder a las denuncias con rapidez, es fundamental contar con políticas que nuestros equipos globales puedan aplicar fácilmente y con uniformidad al revisar los contenidos. Como resultado, nuestras políticas pueden ser a veces más directas de lo que nos gustaría y restringir contenido compartido con fines legítimos. Trabajamos continuamente para mejorar la evaluación de este contenido y la aplicación de nuestras normas”
Hasta ahí me parece bien, no vamos a pedir que un programa diferencie a la Venus del Espejo de una imagen pornográfica. De hecho, lo más seguro es que ahora mismo Barbari ya tenga su foto de nuevo publicada. El problema está en esos filtros y su extraña moral, que no consiente en volver a aceptar, por ejemplo, las imágenes de lactancia… pero permite esto.
Lo permite y se reafirma en ello, porque si se te ocurre denunciarlo te responde esto otro:
Sea cual sea el contexto cultural o la edad de alguien (de alguien que pueda acceder a una red social, se entiende), ¿qué imagen será más hiriente? Facebook lo tiene claro: la de la madre lactante. Porque el señor Facebook es de los que aún no puede evitar reírse si escucha «Culo».
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