En estos días hemos leído varias noticias relacionadas con el fin de la actividad en Twitter de personajes muy dispares.
Por un lado, el escritor Lorenzo Silva, ganador de los premios Planeta y Nadal, anunció hace aproximadamente una semana que abandonaba la red social. Lo comunicó mediante este sencillo mensaje:
Prometió que explicaría por qué, y ya lo ha hecho. Como ya adelantaba en su tuit, no le compensaba. Prefiere una red social propia que alimentar a la empresa de otros, y le estaba quitando un tiempo que prefiere dedicar a su círculo más cercano. Aquí podéis leer su explicación al completo.
Mi relación con Twitter es tan estrecha laboralmente que no se puede decir que me quite mucho tiempo personal. Por decirlo de alguna manera, tengo Twitter de sobra a lo largo del día por trabajo, por lo que no le dedico además demasiadas horas de ocio. Pero me pongo en el lugar de Silva y posiblemente habría hecho lo mismo si llegara el día en que me viera atendiendo de manera personal a más de 100.000 seguidores.
Por otro lado tenemos a Meghan Markle, actriz y blogger (bueno, ya nada de eso), que también se ha dado de baja tanto de Twitter como de Facebook e Instagram. He de reconocer que no sabía de su existencia hasta que vi la noticia de que abandonaba las redes sociales (sí, a veces da la impresión de que vivo en un mundo paralelo). Resulta que es la futura esposa del príncipe Harry de Inglaterra, y que además ha de serlo a tiempo completo. Primero dejó la serie Suits, que protagonizaba. Al poco tiempo cerró su blog de tendencias (The Tig). Y lo último ha sido cerrar sus cuentas en redes sociales. Desde Kensington Palace se ha dado la siguiente explicación al respecto: «La señora Markle está agradecida con todos los que han seguido sus cuentas en redes a lo largo de los años. Sin embargo, como no ha usado estas cuentas durante un tiempo, ha tomado la decisión de cerrarlas«.
Vaya, me pregunto por qué durante este tiempo no ha usado sus redes una usuaria que por lo que parece hasta ahora era bastante activa en las mismas. Y qué le habrá llevado a «decidir» que, ya que últimamente no ha compartido mucho contenido, lo mejor es cerrarlas todas de repente, sin más.
Simplemente me ha llamado la atención la diferencia entre los motivos de ambos para cortar su actividad en las redes. Uno da la impresión de estar liberado, la otra no lo sabemos. Uno explica una decisión meditada, sopesada y que le compensa. Desde hoy es un hombre más libre. La otra… ya lo explican por ella, y parece importar poco si le compensa o no. Desde hoy es la futura «mujer de».
No afirmo que fuera diferente, pero sí me gustaría saber si el futuro marido de la princesa de Inglaterra, si es que hubiera una, también habría tenido que desvincularse de ese modo de todo lo que hasta el día del compromiso había sido su vida. Ahí lo dejo.
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