Todo el mundo tiene clara la importancia que tienen las visitas a una web a la hora de conseguir llegar a vender a través de la misma. Pero quien más y quien menos, tiene claro que esa cifra es muy relativa, y que de nada sirven 100.000 visitas de las cuales un alto porcentaje ha entrado por error y otro buen número sale en cuanto echa el primer vistazo a la página. Está claro que más valen 10.000 personas que realmente estén navegando por nuestra página que 100.000 que prácticamente acaban allí por accidente y se van sin recibir nuestro mensaje.
Todos esos usuarios que aparecen por nuestra página pero la abandonan antes de realizar ninguna acción (no aquellos que no compran, sino los que ni siquiera llegan a pinchar en nada dentro de la web) conforman la tasa de rebote, es decir, el porcentaje de visitas que deberíamos restar al total para saber las que de verdad nos han resultado útiles.
Una vez que tenemos una estrategia bien gestionada para conseguir que los internautas lleguen a nuestra página, el reto es conseguir que no formen parte de dicha tasa. Es decir, que se queden con nosotros cuanto más tiempo mejor, para aumentar las posibilidades de convertir esas visitas en ventas o en el objetivo que persigamos (que rellenen un formulario, que introduzcan sus datos, que se suscriban a una newsletter…).
Para ello, la experiencia de usuario es clave. Hay consejos que parecen básicos, pero que en muchos casos no se siguen. Todavía entramos en páginas en las que nos encontramos un caos en el que difícilmente podemos llegar a encontrar nada. O nos echa para atrás un ladrillo de texto que ni nos planteamos leer porque nos mata la pereza, pero que si estuviera bien aireado con espacios, imágenes, guiones y otros recursos para facilitar la lectura, quizá si afrontaríamos a pesar la prisa con la que lee el usuario medio de internet.
Otra clave que a veces se pasa por alto es la llamada a la acción. Un botón claro, con una indicación breve sobre qué hacer en un momento determinado, puede ser la diferencia entre un click más o menos. Y ese click podría determinar muchas cosas.
En algunos negocios, si esa llamada a la acción va acompañada de una posibilidad de prueba gratis, como puede ser un periodo de uso de una herramienta online, la respuesta positiva del usuario se multiplica.
No hablaremos de las páginas que no están adaptadas a la navegación mediante móvil o tablet, o de los blogs que no se actualizan en meses…
Otro tema interesante a tener en cuenta es el del contenido correcto. No basta con buscar algo potente, es necesario que impacte en el tipo de público que nos interesa, y sobre todo que le incite a la acción. No basta asombrarles, aunque estén muy de moda las páginas que se basan en una curiosidad inicial que suele acabar en decepción.
Tampoco vale cualquier palabra clave. Que un usuario esté buscando información sobre un tema no significa necesariamente que vaya a leer todo lo que le aparezca sobre dicho tema. Es necesario que a la vez se aporte valor, que nos diferenciemos de cara al SEO mediante términos específicos denominados de alto valor.
Aquí os dejamos un post muy interesante en el que no sólo os explican en profundidad todo el tema de las palabras clave de alto valor, sino os dan 13 claves perfectamente explicadas sobre las mejores formas de reducir la tasa de rebote en vuestra web.
Si tenéis algún otro método que os funcione, estaremos encantadas de que los compartáis con nosotros y con todos los lectores!
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