Los #FF sirven para recomendar a aquellas personas o empresas que nos parece interesante seguir. O al menos, así era al principio. Todas las semanas publican un ranking en el que aparecen las cuentas que han recibido más recomendaciones. Y como todo lo que huela a ranking se convierte en una competición desesperada por estar en los primeros puestos, las trampas se hacen habituales.
Muchas personas se dedicaban a hacer #FF a gente que saben que tiene influencia para conseguir que éstos, a su vez, les devolvieran la recomendación como deferencia. Simplemente por recibir un “@pepito, gracias por el #FF”, el programa lo reconocía automáticamente como un voto.
Así que, cuando llegaba el viernes, miles de personas se ponían como locas a recomendar a otros cientos para conseguir seguidores. ¿Qué pasó? Que los viernes se convirtieron en tal aluvión de #FF que los que los veíamos en nuestros TL ni nos molestábamos en pensar por qué a una persona le habían parecido recomendables determinadas cuentas, y mucho menos pinchábamos en ellas para ver qué decían y si nos podría interesarnos seguirles. Se había perdido por completo el espíritu del Follow Friday en beneficio del puro mercadeo de recomendaciones.
Por eso, yo llevo un tiempo haciéndolos personalizados, tanto desde mi cuenta personal como desde la de mis clientes. Sé que si yo digo “#FF para @pepito, porque sus contenidos son lo más interesante que leo en el día”, o “un #FF muy especial para @fulanito, que me hace reír y aprender algo nuevo cada vez que publica”, entonces la gente sí se molestará en comprobar por sí mismos qué es lo que tienen @pepito y @fulanito para que alguien diga eso de ellos. Entonces sí, los #FF vuelven a ser útiles.
Pero como era de esperar, yo no he sido la única en darme cuenta. Cada vez se ven más #FF “de calidad”, al menos entre las personas que utilizan Twitter con profesionalidad y eficacia. Y por supuesto, los chicos de followfriday.com, que son los que más saben de ello, también han detectado este cambio de tendencia.
Y sí, han cambiado las normas de forma que las recomendaciones masivas no sirvan prácticamente para nada. Han recibido muchas críticas del tipo “me da igual no estar en vuestro ranking, yo recomiendo como quiero”, pero es que ellos no prohíben ningún tipo de recomendación. Se han limitado a establecer unas bases para que los rankings se formen de verdad por cuentas a las que la gente considera dignas de recomendación, y no por el spammer que tenga más tiempo. Y lo han hecho de una forma realmente eficiente, al menos en mi opinión.
Como no quiero alargarme y los cambios en las normas son sustanciales y numerosos, en pocos días pondré otro post en el que los explicaré detalladamente. Por el momento, quedáos con esto: si queréis que de verdad vuestros contactos consigan más followers, siempre #FF personalizados y argumentados.
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