Hoy los medios de comunicación están pendientes casi en exclusiva de la boda de Guillermo y Kate. Como siempre en estos casos, la celebración estará plagada de tradiciones que se han ido repitiendo de generación en generación. Pero los nuevos tiempos se imponen, y los novios y sus asesores lo saben.
El príncipe ha decidido que todos sus regalos de boda vayan destinados a distintas ONG´s. Los invitados pueden elegir si donan una cantidad para que los novios la distribuyan o si eligen una de las organizaciones para destinar la cantidad que decidan. Esto pueden hacerlo por Internet e incluso a través de Twitter.
En esta red social, como era de esperar, varios hashtags de su enlace, patrocinados o no, son los trendings topics del día. En Facebook, ha habido una supervisión tan estricta que una mujer llamada Kate Middleton ha tenido su cuenta bloqueada durante varios días hasta que han comprobado que realmente se llamaba igual que la futura reina de Inglaterra.
Desde las inmediaciones de la Abadía de Westminster hay cientos de personas retransmitiendo minuto a minuto todo lo que va sucediendo, tanto en blogs como en Twitter y Facebook. Una sóla señal emite las mismas imágenes para televisión para todo el mundo, pero las fotos en tiempo real se cuentan por millones en Internet y en las redes sociales.
Esto era impensable hace pocos años. Los ciudadanos de a pie teníamos acceso a la información que nos mostraban los periodistas, como toda la vida. Ahora, los vídeos de los ensayos y del príncipe saludando al pueblo en su última noche de soltero se amontonan en Youtube, hay fotos de los vestidos de las invitadas desde todos los ángulos y hasta se filtran los comentarios que hacen algunos invitados que empiezan a llegar a la boda.
Esperamos que todo salga a la perfección, porque está claro que el más mínimo fallo va a correr como la pólvora por todo el planeta en forma de imagen, vídeo, comentario… y lo que haga falta!
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