No me gusta hablar de política, y tampoco de temas de los que no sé. Hoy voy a hacer las dos cosas, porque la gestión informativa de los partidos en general en lo relacionado con el Covid me tiene tan sorprendida que no puedo evitarlo. Intentaré no caer en el cuñadismo ni opinar de lo que no entiendo (no sé mucho de política ni de epidemilología, qué le vamos a hacer), y me limitaré a hacer una reflexión bastante simple, para que pensemos por un momento si tenemos una opinión real sobre la gestión de la pandemia o simplemente se nos está manejando a través de las redes y los medios como a simples marionetas.
Si eres de izquierdas, probablemente te indignó la reapertura de Madrid.
Si eres de derechas, probablemente te indignó el cierre de Madrid.
Creo que con esto ya se capta el problema. ¿Cómo se van a tomar unas medidas responsables y efectivas si una decisión sanitaria se convierte en un tema político? ¿Cómo vamos a tener una opinión válida si nuestra fuente de información son unas redes sociales cada vez más polarizadas, y más que mensajes informativos nos llegan oleadas de odio de unos hacia otros y viceversa?
Escucho a gente inteligente y preparada de diferentes ideologías y todos ellos tienen argumentos que refuerzan su postura, que defienden con seguridad. Y escucho también a muchos cuñados, que de estos nunca faltan, cargados de razón en uno u otro sentido. Pero lo que no falla es que prácticamente todos “los de un lado” están a favor del cierre de Madrid y todos “los del otro lado” están en contra.
Aun a riesgo de ser simplista, me atrevo a decir que si eres de derechas, usarás el ejemplo de Suiza, que casi no tomó medidas restrictivas y tiene el virus controlado. Si eres de izquierdas, usarás el de París o Bruselas, con medidas más restrictivas que las de Madrid aun teniendo menos casos y donde nadie se queja de falta de libertad.
No entiendo por qué sigue existiendo la posibilidad de que cualquiera de las dos posturas sea la buena.
“Es que no todo es blanco o negro”, podríamos pensar. Pues sí, señores, ya sí tiene que serlo. Los datos tienen que ser objetivos y claros, blancos o negros, porque tiempo han tenido, todos, para trabajar con matemáticos, epidemiólogos, médicos o lo que coño haga falta para poder dar predicciones claras. No hablo de datos de los que nos dan todos los días y cada uno interpreta a su manera: “qué bien lo estamos haciendo, han bajado los contagios” “sí claro, porque habéis dejado de hacer tests”, “esta comunidad lo está gestionando genial” “ya, así yo también, porque los contabiliza de forma diferente” y toda esa mierda.
Aún no ha habido nadie que haya cumplido con su trabajo y/o haya tenido el valor suficiente para poner encima de la mesa los datos que confirmen que, si no hacemos X cosa, X día petará el sistema sanitario, o si no hacemos tal otra, morirá X número de personas.
A partir de ahí, ya pueden entrar las opiniones y dependerá de cada uno valorar si le parece mejor salvar la economía muera quien muera o salvar todas las vidas posibles acabe el país como acabe. Y ahí sí entiendo y acepto que entre ese blanco o negro haya toda una escala de grises: hasta qué cifra podemos considerar que las muertes “no son tantas” y debemos correr el riesgo de que se produzcan a cambio de no hundir el país, o hasta qué punto es importante salvar los puestos de trabajo de tantas familias que ven su futuro muy incierto, a pesar de los “daños colaterales”. Esto sí es una cuestión de opinión y cada uno tendrá sus argumentos para defender la suya, todos ellos muy respetables, y a partir de ahí me parece perfecto que cada partido proponga diferentes medidas, con las que ya sería muy respetable comulgar o no.
No entiendo a un partido que, teniendo cerrado por decisión suya León o Getafe, se rebela contra el cierre del centro de Madrid porque blablá la libertad, y para hacerlo todo aún más absurdo luego pide a los madrileños que no salgan de puente.
No entiendo a un gobierno que ha dejado pasar el verano sin que nadie tenga claro que hayan trabajado en solucionar algo, que no se reúne con su comité de expertos desde julio y que va dando tumbos sin ponerse de acuerdo con nadie ni ser capaz de argumentar con datos sus decisiones.
Es su trabajo como políticos darnos la información para que los ciudadanos podamos opinar con coherencia. Mientras esto no sea así, no os engañéis: vivís en la sociedad de la información y sois muy 2.0, pero no tenéis ni idea de quién lo está haciendo o lo haría mejor. Somos cuñados opinando de lo que no sabemos, porque no quieren o no han sabido hacer que sepamos. Lo peor es que me parece que es más bien lo primero, que este es el juego de la desinformación que impera y que estamos aceptando defendiendo una u otra postura, como si no hubiera términos medios. Y seguiremos discutiendo, cargaditos de razón y sin tener ni idea, cada vez más distantes unos de otros, cada vez más extremistas y con más odio acumulado.
¿Por qué todos los partidos han optado por esta táctica desinformativa? Obviamente todos deben pensar que hacen lo correcto, no sé si en términos éticos pero sí al menos en lo que se refiere a sus resultados, pero ¿a cuál de ellos acabará beneficiando realmente? ¿Cuál terminará sacando partido de esta pandemia? ¿A quién votaría el coronavirus?
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