Piensa Sol: concurso internacional de ideas
En el siglo XIV la ciudad estaba amurallada y en el hoy kilómetro cero, se situó una de las puertas, orientada hacia la salida del sol. Concretamente en la salida de la calle Preciados, lo que se consideraba entonces la Cava del Arrabal. Lo que al principio era una confluencia anárquica de calles, se convirtió al poco en un lugar de comercio y encuentro ciudadano. Desde el principio aguadores, vendedores ambulantes y pregoneros se reunían en la Puerta del Sol. Mientras Madrid crecía y se convertía en la capital del reino, sus ciudadanos se organizaban y vivían en el centro de la villa.
Por ejemplo, el alzamiento popular del 2 de mayo de 1808, se concentró principalmente en la Puerta del Sol y fue bastante sangriento, debido a que los madrileños escasamente armados se enfrentaron a tropas de elite francesas bien pertrechadas, dejando tras el enfrentamiento la cifra de dos centenares de madrileños muertos.
Después de incendios, derribos, planes urbanísticos, exceso de carruajes, un cráter producido por una bomba en la guerra civil y mil percances más; la plaza quedó configurada arquitectónicamente de forma muy parecida a la actual. La última remodelación, correspondiente a 2009, ha dejado un lugar inhóspito, frío y sin gracia en el que los madrileños se siguen reuniendo en corrillos, algunos se ganan el sueldo ejerciendo de buscavidas y los extranjeros fotografían con interés.
De hecho, durante las obras programadas por Gallardón durante su mandato, en el subsuelo de Sol se encontraron restos humanos y arqueológicos correspondientes al levantamiento del 2 de mayo. Estos paralizaron las obras de la estación de cercanías durante un año y se conservan dentro de la misma.
El exalcalde, ministro de Justicia y si nadie lo remedia, futuro presidente de España; proyectó un lugar gris, llano, aburrido y sin alma. Así lo hizo también con la cercana plaza de Callao y con varias ubicaciones de la ciudad. Su estilo faraónico, impersonal y cargado de cemento, no favorecía las relaciones sociales ni culturales: ni bancos para sentarse, ni sombras bajo las que cobijarse. Solo insulsas explanadas de horizontes cuadriculados.
Pero Madrid que es un pueblo rebelde y muy vivo, aprovechó esta lisa y aburrida estructura para reunirse como se hacía antaño, para –¡oh, maldición!- pensar y quejarse. Y la lluviosa noche del 15 de mayo de 2011, unos cuantos alzamos las manos y la voz para protestar contra el sistema, contracción léxica de “sistema político corrupto español”.
Los 4,6 millones de euros de los maltrechos bolsillos madrileños que había costado la remodelación de Sol, habían ido a parar a un manifestódromo en el que los indignados acamparon con relativa comodidad, recuperando el espacio público que por justicia les pertenecía. Nuestros políticos se dieron cuenta que dejar asfalto liso y espacio abierto, reservaba demasiado sitio a la imaginación de los ciudadanos.
Y en estas estamos, queridos madrileños, con una alcaldesa no electa que pretende gastar una riqueza con la que el endeudado Ayuntamiento no cuenta en despersonalizar más todavía la Puerta del Sol.
En la edición digital del diario ABC, pudimos leer hace un año un artículo relacionado con Ana Botella y su visionario panorama para la plaza.
La alcaldesa de la capital, Ana Botella, dijo ayer que la remodelación de la Puerta del Sol planificada por el Ayuntamiento es “una manera de hacer una plaza más amable para los vecinos de Madrid y una plaza que se pueda vivir”.
Botella se ha referido así, a preguntas de los periodistas al llegar a la entrega del Premio a la Defensa de los Derechos Humanos, al proyecto del Ayuntamiento de autorizar la colocación de terrazas de veladores y planta árboles en la Puerta del Sol. “Ahora estamos viendo que las terrazas son muy queridas por mucha gente en la ciudad… ¿Por qué no vamos a poner terrazas en la Puerta del Sol?“, se ha preguntado.
Ana Botella ha negado que el hecho de remodelar la plaza implique “evitar el derecho a manifestación en la misma”. “No, en absoluto”, ha contestado a esa posibilidad, antes de subrayar que se ha elaborado una propuesta para “vivir la Puerta del Sol” y “poner algunos árboles” en una plaza que, “a lo mejor en algunas ocasiones -ha señalado-, pudiera considerarse un poco dura”.
En todo caso, ha precisado que solo se podrán plantar “algunos árboles, no muchos”, porque es lo que admite el subsuelo, en el que se encuentra el vestíbulo de las estaciones de Metro y Cercanías y los túneles de las líneas 1, 2 y 3 del suburbano.
Los vecinos están que trinan, ahora que el proyecto parece materializarse. Hay un concurso de ideas para que expertos y vecinos encuentren un diseño apropiado; o lo que es lo mismo: alguien, posiblemente relacionado con dirigentes del PP, se va a hacer de oro a costa de una confluencia de calles sin alma ni personalidad.
Se ha iniciado un proyecto por parte del Colegio de Arquitectos, “Piensa Sol” para debatir el futuro urbanístico de Sol. Aunque son muchas las voces que piden que se quede como está. Porque pese al vacío y al aire inhóspito, Sol es de los madrileños, es un foro muy vivo y no queremos que se gaste un dineral (que vendría muy bien en dotaciones sociales) en una plaza para que nos pertenezca un poco menos.
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via: Madriz.com
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